Reportaje

 

Juan Luis Londoño

El último Ministro de Salud 

Personaje del Año en Salud Colombia

 

Nuestro Personaje  de la LXVII Edición y personaje del año en Salud Colombia es el fallecido Ministro Juan Luis Londoño.

Por ser el Ministro responsable de la reforma que creó el Sistema General de Seguridad Social en 1993 y llegar nuevamente a esta cartera diez años después, ya se había convertido este economista en el personaje del año para Salud Colombia, antes de la cuestionada decisión de fusionar el Ministerio de Salud con el de Trabajo y crear el Ministerio de la Protección Social.

Su fallecimiento en un trágico accidente aéreo cierra el debate con uno de los personajes más brillantes y controvertidos en el sector.

Fotografías tomadas de la publicación en Internet de la Revista Cambio


    

Salud Colombia.-      

Como arriba se titula, Juan Luis Londoño fue el último Ministro de Salud, y no es una metáfora, ya que este Ministerio como tal ha desaparecido, para dar paso al Ministerio de la Protección Social, de su propia autoría. Curiosamente desapareció en la práctica el día de su trágico fallecimiento.

Pero "el último Ministro de Salud" llama también la metáfora para otros expertos del sector, que acusan al fallecido Ministro de haber acabado con el Ministerio de Salud en la práctica, relegándo al sector a una posición secundaria, subordinado a un modelo de desarrollo económico, condición que consideran inaceptable y que prometen desde ahora combatir, en busca de recuperar el Ministerio de Salud así sea en un próximo Gobierno. "Ya tenemos programa para la próxima campaña señalaba en son de chiste un epidemiólogo".

Otros van mucho más allá y acusan a este reconocido economista de haber acabado con el sector salud y con los médicos, pues señalan a la reforma de 1993 como la causante del desastre económico que hoy padecen instituciones y facultativos.

¿Cuanto hay de verdad en estas afirmaciones y cuanto en la de quienes pretenden señalarlo como el lider de un proceso de modernización y eficiencia sin par en el sector salud?... Es algo que siempre estará en discusión, y seguramente tal discusión se caracterizará por la posición política de quienes debatan, pues en el fondo es eso lo que existe hoy en día, un gran conflicto político (de concepción de la sociedad y del Estado) y no técnico entre sus partidarios y sus contradictores.

Lo cierto es que Juan Luis Londoño fué un Ministro brillante y capaz, que lideró una de las más importantes transformaciones del sector salud, la Ley 100 de 1993, por la que debemos estar agradecidos, pues significó, quisieralo él o no, desarrollar la Constitución de 1991 y la concreción del hito histórico que señala la ruptura entre la época de la asistencia pública y la época de la seguridad social.

Quienes defendemos la reforma, porque creemos en la seguridad social como fórmula de equidad, de trasformación del país e inmejorable forma de garantizar derechos concretos a los ciudadanos y financiar el sector salud, agradeceremos siempre el empuje de Juan Luis Londoño para ese gran proceso de trasformación que inició el país y todos nosotros con el. Gracias al exministro nos tuvimos que meter de cabeza en el debate de la salud y la seguridad social, estudiamos mucho por años, y hoy somos mucho mejores, incluso capaces de trascender a nivel nacional e internacional.

No quiere decir lo anterior que estuvieramos de acuerdo con Juan Luis Londoño en todos sus postulados. La seguridad social que logramos plasmar en la Ley 100 fue mucho más allá en equidad que la propuesta inicial de subsidios para pobres a través de empresas solidarias, también mucho más allá de la simple privatización de los aseguradores. En estos campos y especialmente en el de la universalidad y la igualdad de los dos regímenes fuimos contradictores de Londoño y su equipo por años.

Estabamos listos a seguir el debate con tan estupendo personaje por la desaparición del Ministerio de Salud y el concepto de Protección Social introducido, muy pegado a los postulados que defendía el Banco Mundial en los años 90, propios de las teorías neoliberales,  que siempre se endilgaron al exministro por sus acciones (aunque el siempre negó públicamente pertenecer a tal ideología). Consideramos esta reforma una profundización del modelo de segmentación entre ciudadanos de recursos y sin ellos que se ha seguido implementando en el sector y que no es precisamente el de iguales derechos aprobado por el Congreso en la Ley 100.

Estabamos también a la espera de que el Ministro actuara en una forma u otra frente al proceso de integración vertical que rompió el postulado de separación de funciones del pluralismo estructurado. Estabamos esperando ver que tan hondo llevaría la transformación de recursos de la oferta a la demanda,  hecho que sin duda va a generar un problema social de enorme magnitud. Estabamos a la espera de la radicalización que significaba el último golpe a las instituciones públicas. Y estabamos, gracias a el, más preparados para el debate que en 1993.

En fin, nos quedamos a la espera y sin el más estupendo contradictor. No quiere decir esto que nos pretendamos ubicar al mismo nivel del Ministro al mencionarlo como contradictor. Pocas veces tuvimos la oportunidad de discutir con el directamente. Sabemos muy bien que sus éxitos fueron de mucha mayor envergadura y su trascendencia mucho mayor. Lo que queremos decir con humildad es que el exministro siempre fue el principal referente para el debate y que dudamos que haya alguien con capacidad de ocupar su lugar. 

Como diríamos en lenguaje coloquial: la pelea pierde interés sin Juan Luis.

 

 


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