Reportaje

 

Juan Carlos Giraldo Valencia

Director General

Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas

 

Nuestro Personaje  de la LXVII Edición de Juan Carlos Giraldo Valencia. El Dr Giraldo, médico caldense y Magister en Administración de Salud, es también diplomado en formulación y evaluación de Proyectos Sociales de la CEPAL. Fué asesor de la División de Salud de la Unidad de Desarrollo Social del Departamento Nacional de Planeación, Viceministro de Salud y Defensor Delegado para la Salud en la Defensoría del Pueblo, antes de su nombramiento como Director General de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, hace cerca de dos años.

El Dr. Juan Carlos Giraldo ha adoptado una posición crítica en nombre de la Asociación contra lo que considera una posición dominante de los aseguradores en el Sistema de Seguridad Social, al mismo tiempo que cuestiona al Gobierno por no realizar una modulación equilibrada para los distintos actores del Sistema. Por ello es nuestro invitado en Salud Colombia.


    

S.C.-   Uno de los temas que preocupan en este momento más al Sistema -y evidentemente lo hemos oído en sus conferencias como Director General de la Asociación Colombiana de Hospitales-, es el fenómeno definido como Integración Vertical, fenómeno en alguna medida contrario a los postulados teóricos de la construcción del mismo Sistema, el de la separación de funciones establecida en el pluralismo estructurado, en la competencia regulada. ¿Qué tiene que señalar al respecto?

J.C.G.-           Yo creo que la Integración Vertical es uno de esos problemas grandes, fundamentales, que debe entrar a resolver la presente administración, consideramos que se han hecho unas interpretaciones muy laxas de las normas y se han aprovechado de esas oportunidades, de que existen unos textos legales en la propia Ley 100 para desvirtuar uno de los pilares fundamentales del Sistema, que era la especialización de los roles. Conocemos que ese era uno de los postulados. Ibamos a tener entidades, cada una sabiendo hacer lo que tiene que hacer y haciéndolo bien, pero se está permitiendo en el Sistema que cada una haga de todo, un avance hacia las instituciones toderas, en donde se desconoce que cada una de las instituciones tiene una misión que sabe cumplir y que debe cumplir. Yo creo que la piedra en el zapato, o el mal ejemplo, fue el funcionamiento de entidades como el Seguro Social. Entonces, claro, el Seguro Social que es una gran E.P.S. y que traía desde tiempo atrás su modalidad de funcionamiento con una red propia muy grande, dio el mal ejemplo, involuntariamente dio el mal ejemplo, que hoy muchas de las E.P.S. privadas están  asumiendo y que están en algunos casos llevando a que muchas de las otras entidades que ya venían funcionando y que son especializadas como I.P.S., pues se vayan a quebrar o vayan a desaparecer.

 

S.C.-   Desde luego el Instituto de Seguros Sociales fue la entidad que dejó la brecha abierta, porque la intencionalidad en la Ley era separar definitivamente las funciones, y fue el Instituto el que no permitió que quedara claro que las aseguradoras no podían entrar en forma alguna en el negocio de la prestación de servicios, tal como por ejemplo contempla la legislación en Holanda. Allí las aseguradoras no pueden,  tienen prohibido totalmente meter las narices en la prestación de servicios. Pero hay otra serie de fenómenos importantes de considerar en relación con este tema: por ejemplo, para el Seguro Social el problema de la Integración Vertical se traduce en que las I.P.S. se comen a la E.P.S. -no al contrario-, y eso sucede por la simple razón de que el enorme número de funcionarios de la red de prestación pesan mucho más y tienen mayor capacidad de presión ante las directivas  que el asegurador mismo, cuando son una misma empresa. Igualmente se dan otros fenómenos que preocupan mucho también relacionados con la Integración Vertical, como el traslado de funciones del asegurador a los prestadores, o sea, que no sólo los aseguradores se hacen prestadores, sino que también los prestadores se están convirtiendo en aseguradores, asumiendo capitaciones en el segundo y tercer nivel de atención e incluso, lo mas lamentable que hemos visto últimamente, capitaciones hasta en el cuarto nivel, sin pooles de aseguramiento suficientes para garantizar la distribución del riesgo y donde el peligro es casi seguro en cuanto a la calidad de los servicios, sino sobre la propia vida de los pacientes, pues quedan en manos de una entidad para la cual, quiéralo o no, el negocio más rentable pasa a ser dejarlos morir, ya que recibe un pago fijo. Estos contratos constituyen el estímulo más perverso que pueda conocerse en el sector.

 J.C.G. Si, desde la Asociación  hemos sido críticos del esquema de capitación. Para nosotros  es muy claro que hay un espectro en las formas o modalidades de contratación, donde paulatinamente nos estamos desplazando hacia una asunción de riesgo más grande por parte de los prestadores y el ejemplo por excelencia son los contratos de capitación. Yo digo reiteradamente que la capitación en sí no es buena ni mala, pero lo que sí es malo es asumir una cantidad de riesgos cuando usted no tiene un conocimiento completo de las coortes que va a asumir. Ese es el gran problema. Entonces, las E.P.S., algunas E.P.S. están trasladando sencillamente su riesgo, prácticamente estamos viendo un fenómeno en que muchas entidades están haciendo la planeación financiera al revés. Reciben unos dineros por la derecha, descuentan las utilidades o los márgenes que van a tener y sueltan unos dineros después para que el resto de la cadena de prestadores, especialmente los prestadores, se defiendan con ellos como puedan y asuman las competencias que las E.P.S. no deberían haber delegado. Inclusive uno observa,- este caso es de una E.P.S. pública-, que parece que también se delegan las responsabilidades. Entonces a usted le entregan toda la responsabilidad, no solamente del riesgo sino después de las complicaciones, se le entrega a una red de prestadores que de una manera ingenua, para decirlo de alguna forma,  están, entonces, asumiendo una serie de cuestiones a ciegas. El Gobierno va a tener que intervenir en esto y va a tener que controlar. Así no les guste ser intervencionistas, les va a tocar cumplir esa función de regulación natural, y yo creo que en un sistema moderno, si vamos a seguirnos moviendo hacia la capitación, va a tener que decir el Gobierno Nacional cual es el valor de cada punto de capitación, para que así cada  una de las entidades que tome las decisión de entrar en capitación sepa cual es su riesgo financiero y además se haga explícito que en la mayoría de los casos están perdiendo, aunque estén teniendo una falsa liquidez, como una burbuja de liquidez,  pero en la realidad se están comiendo la estructura financiera en el largo plazo.

 

S.C.-  En el Régimen Subsidiado se pudieron ver varios ejemplos de que la Integración Vertical sirvió para lavar dinero y justificar gastos que no existían realmente, hay ejemplos conocidos de que es una forma de lavar utilidades por otra vía. En el Régimen Contributivo se cree que algunas entidades, también a través de las redes de prestación, están haciendo movimientos poco trasparentes de intereses y negocios. Es decir, el problema adicional es que la trasparencia del asegurador y del prestador se pierden en esta confusión de intereses.

  J.C.G.-            Volvemos al tema reiterado de la vigilancia y el control. Yo no se como se va a hacer en el presente esquema, que se busca tener una Superintendencia fusionada, pero consideramos que el control ha sido muy laxo, yo no diría permisivo, sino que no ha tenido la capacidad suficiente para llegar hasta poder documentar cuestiones que son vox populi en el sector. Se habla de una dilapidación de recursos enorme en algunas entidades, se habla de los lujos que tienen algunos funcionarios. Es más, podemos observar como hay planes de expansión fuera del país, unos planes enormes de expansión de algunas entidades y eso sería muy normal y muy lógico si la casa estuviera en orden, pero la casa esta en desorden, se deben grandes cantidades de dinero, especialmente a la red de prestadores y también a la red de proveedores de insumos, equipos y tecnología, y sin embargo con esas platas tan grandes que se están manejando, se están haciendo cosas por fuera. Yo creo que ese es un tema que la Superintendencia de Salud debería asumir rápidamente, no esperar a que salga en los periódicos, no esperar a que los medios de comunicación sean los que hagan esa labor, sino que ellos deberían hacerlo de oficio y hacer un control aleatorio, y en este caso debe ser muy fácil porque son entidades muy grandes y las patologías que ellas padecen o que están mostrando también son muy evidentes.

 

S.C.-   En el sector salud que parece ser ya el reino de la especulación, -se podría decir- ¿Que papel juegan fuertes inversiones en clínicas y en prestación por parte de los aseguradores en este momento?

J.C.G.-            Esta jugándose...., hay algunas E.P.S. que tienen, bueno ya han desarrollado algunas políticas muy agresivas, con prestación de servicios a través de sus propias entidades y tienen unas redes grandes en todo el país, pero creo que esa fase de expansión enorme de la infraestructura, como ha sido ya tan desprestigiada, entre otras cosas por el papel responsable que nos toca a nosotros jugar de denunciarlo ante la opinión pública, se va a empezar a jugar una fase que ya no es tan visible...., una en la infraestructura y otra en la tecnología y los medicamentos. En la infraestructura se va a pasar a la compra de pisos de clínicas o a la compra de acciones de clínicas, en la mayoría de los casos para tratar de tener control, control total, es decir tener más de la mitad de las acciones. Esa es una situación que la estamos viendo en ciudades intermedias en la Costa Atlántica. En el sur del país ya se está viendo que no se quiere construir nueva infraestructura sino que se quiere adquirir pedacitos de las clínicas. En este tema, yo pienso que se está desviando un gran porcentaje de las UPC hacia estas actividades que no deberían ser el objetivo fundamental del gasto, del gasto en salud. Y el otro tema que quiero empezar a mencionar es el de los medicamentos. Se están haciendo unos manejos por empresas que ya son conocidas y que están legalmente constituidas, se está avanzando en una escala novedosa de Integración Vertical, donde ya varias E.P.S. están asociadas para lograr descuentos en los precios de los medicamentos o para tratar de hacer importaciones o inclusive -por voz de los mismos directivos de esas entidades-, para en el mediano o largo plazo ser, inclusive,  productores de medicamentos. Es un tema de gran cuidado porque queda en la mitad la duda de cómo va a ser la política farmacéutica en esas entidades, cuando tienen intereses encontrados en la prestación y en el aseguramiento.

 

S.C.-   Con todo esto ¿En que está quedando la libertad de elección de los usuarios, cuando los prestadores son de los mismos aseguradores? ¿En que está quedando la función de defender al usuario ante el prestador, la función de agencia? Y ¿En que está quedando la función del asegurador cuando se traslada en bloque la responsabilidad a los prestadores? ¿Cual es la justificación, entonces, de la existencia del asegurador?

J.C.G.-             En esas entidades... Yo si pienso que somos muy teóricos o muy románticos cuando pensamos que las entidades, no puedo decir todas,  pero que algunas entidades son promotoras. Eso que Ud., ha mencionado son las funciones pues clásicas y básicas de lo que aquí se llamaría una empresa promotora. En realidad, en muchos casos no se está haciendo ni siquiera gestión de riesgo, que sería lo básico de un asegurador. Por otra parte claro, la libre escogencia, la libre escogencia es el tema reiterado, y todos estamos de acuerdo en que es la panacea. El día que haya libre escogencia vamos a tener un sistema consolidado. No hay libre escogencia ¿Que libertad de escogencia va haber cuando usted encuentra que las redes que le ofrecen son estándar? No hay diferenciación por calidad, cualitativamente usted no puede escoger a uno u otro por que hay algo que la diferencia, entonces es la clínica blanca, o la clínica verde o la clínica roja pero que es de la misma E.P.S., que cumple los mismos estándares. Yo pienso que el Gobierno debería meterle la mano a un tema y ponerle cuotas, ponerle cuotas a la cuestión de las propiedades de clínicas por parte de las E.P.S., y a pesar de que tengan redes completas, exigirles que un porcentaje de la contratación se haga con red externa, para que el usuario pueda hacer uso o pueda ejercer el derecho a la libre escogencia. Eso no se está dando. Pienso que los usuarios -y creo que eso es una fase en la que vamos a entrar muchas organizaciones gremiales-, vamos a entrar a apoderar a los usuarios de este Sistema, vamos a tener que contarles que es la libre escogencia, vamos a tener que contarles que es el pool, vamos a tener que contarles que es lo que deberían exigirle a las E.P.S.,  y por supuesto estamos dispuestos nosotros a jugarle al juego de la calidad y estamos listos para este sistema nuevo de habilitación, aunque ya de entrada le estamos viendo algunas cuestiones muy preocupantes al nuevo sistema de garantía de calidad.

 

S.C.-   Para no entrar de lleno en el tema de calidad que es bien complicado, y que da para otra entrevista- riteremos ¿En qué queda la defensa del usuario por parte del asegurador, promotor, agente, cuando esa defensa del usuario puede implicar una sanción a una empresa que es propia? ¿A quién va a defender la E.P.S. cuando hay una situación de conflicto, inclusive legal, entre el usuario y el prestador, si el asegurador es dueño del prestador?

J.C.G.-             Bueno, usted lo ha descrito bien, ese es un dilema que es imposible de resolver: los usuarios están sometidos a la voluntad de esa entidad que puede tener muchas medidas de autocontrol, pero que indudablemente uno desde afuera si ve que no va a ejercer ninguna acción en contra de una de sus I.P.S.. Este es un tema muy grande, que ya se sale de las manos, mejor dicho, ya la buena fe no debe, creo que no debe operar la buena fe allí. Allí lo que debe operar es una vigilancia y un control estricto y hay que desconfiar; hay que desconfiar porque sabemos que muchas de estas entidades -yo soy reiterativo en ese tema-, muchas de esas entidades no le están jugando a la calidad, le están jugando al bajo costo. En este sistema se ha degenerado el concepto del análisis económico, entonces usted en la balanza no pone como en cualquier sistema sano, no pone en un lado el costo y en el otro lado el beneficio del impacto, sino que simplemente está haciendo el análisis más vulgar que hace la economía, que es el análisis costo mínimo, es el análisis que usted hace allí en el supermercado, el que valga menos. En el análisis costo mínimo usted simplemente mira la variable costo y hace un supuesto que es fatal, y es el supuesto fatal que se está haciendo en el Sistema, que la calidad de todos los prestadores es igual, y eso no es así.

 

S.C.-   En última instancia se sabe que el gran perjudicado de la integración vertical es el usuario, porque se va a quedar sin quién lo defienda efectivamente. En este aspecto se observan fenómenos muy preocupantes. Sabemos que algunas E.P.S.  están pagando primas a los médicos por no ordenar exámenes de laboratorio, es decir, esa integración vertical está incluyendo serios problemas de ética, de ética médica y de ética del asegurador en contra de su asegurado, problemas de ética que han llevado donde hay muchos menos, a la gran demanda contra las HMO de Estados Unidos, simplemente por reducir costos hasta el punto de poner en riesgo la salud de los usuarios. Creo que aquí hemos ido muchísimo más allá que las HMO en estos intentos muy poco éticos y casi vulgares o plenos de ignorancia de controlar los costos en salud al igual que en una fábrica de zapatos.

J.C.G.-             Si aquí hemos sido así. Ha  habido empresas fuertemente innovadoras en las restricciones que se han inventado una cantidad de cosas. Como lo decía en alguna exposición refiriéndome especialmente al tema de la auditoria, la auditoria se ha convertido en algo similar a los juegos, a los juegos de video en que usted a medida que va ganando experticia, como es el caso de la I.P.S., entonces le van cambiando las reglas de juego y usted va subiendo de niveles y de niveles y de niveles, y es un juego de nunca acabar, cada vez que usted atina más sus sistemas para responder de una manera eficiente para que no le devuelvan las cuentas, para atender bien a los usuarios, para mejorar el nivel de glosas y la calidad de la facturación, le cambian las reglas de juego... y a su vez cada una de las empresas tiene unas reglas de juego diferentes. Yo pienso que... a esto toca ponerle un límite y tienen que generarse instancias que creo se han ido diluyendo, como es el tema de la Defensoría del Pueblo, en que volvamos a tener entidades como un foro natural para pensar en el norte de todo esto, es decir en el usuario. Nosotros como clínicas y hospitales siempre tenemos en cuenta eso y tratamos de hacerlo, con todas las restricciones que se nos están presentando, pero el grado de aberraciones que se están dando, ya lo hemos dicho varias veces, está configurando una sintomatología que es propia de una enfermedad llamada abuso de posición dominante desde la demanda.

 

S.C.-   Y el auditor de esa E.P.S., cuando denuncie un mal manejo por parte del prestador, denuncia que afecte los  intereses económicos del mismo dueño que es prestador y asegurador, ¿Qué sucede? ¿Lo van a echar?

J.C.G.-             Ahí no hay nada. En el tema de la auditoria, la auditoria es una búsqueda de trasparencia y en la búsqueda de trasparencia además usted debe tener cierto equilibrio entre el conocimiento y el poder de cada uno de los auditores. Es decir es un ejercicio de validación por pares de determinadas conductas. Este personaje cuando hace parte de un holding, de un grupo empresarial, al final sabe quién es el dueño del aviso y contra quien no puede ir, entonces allí no va haber defensa del usuario. Estas son una cantidad de cuestiones que debe pensar bien el Ministerio de Salud y debe mirar, como se lo decía  recientemente yo al ministro Londoño: está muy bien que el tema de la salud de lo público se asimile casi cien por ciento al Régimen Subsidiado, pero resulta que aquí hay un gran manejo de dineros públicos y aquí es donde están los pesos grandes del sistema de Seguridad Social que a su vez nutren la otra parte que es el Régimen Subsidiado. Al Régimen Contributivo hay que meterle la mano, no hay que tenerle miedo. Hay que ponerle más regulaciones, si se quiere ser más intervencionista, pero esta situación yo creo que ya no la vamos a resistir ni las clínicas, ni los usuarios, ni los proveedores, ni el Sistema en general, y no puede ser que unas solas entidades sean las que tengan todas las conductas  predatorias, y no haya casi ningún recurso que pueda operar en contra de ellas. 

  


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