Reportaje

 

Alberto Pardo Barrios

Vicepresidente del Sindicato del I.S.S.

 

Nuestro Personaje en la 53 Edición de Salud Colombia es Alberto Pardo Barrios. El Dr. Pardo realizó estudios de psicología, hizo una especialización en psicología clínica en la Universidad de los Andes y ha realizado varios diplomados en áreas de Seguridad Social, legislación laboral y negociación colectiva. Vinculado a la actividad sindical desde hace 20 años, primero como delegado seccional, delegado nacional del Sindicato de Trabajadores del Seguro, después como miembro de la Junta Directiva de Bogotá y Cundinamarca, seccional de la que es Presidente  desde 1994. También ha sido Secretario General de la Junta Nacional del Sindicato desde 1990 y actualmente ocupa la Vicepresidencia Nacional del Sindicato.

El Dr. Pardo, como Vicepresidente del Sindicato del ISS y como Secretario de Salud y Seguridad Social de la C.U.T. a nivel de Bogotá y Cundinamarca, conforma actualmente el equipo que tiene la responsabilidad por parte de las Centrales Obreras de adelantar la discusión sobre la Seguridad Social en el marco de la Comisión Nacional de Concertación. Por ello y por las recientes propuestas de transformación del ISS es nuestro invitado en Salud Colombia


SC.- Para el observador resulta interesante que finalmente se haya hecho en el país una propuesta a los trabajadores del I.S.S. para que formen parte de la administración y de la propiedad de una posible empresa de economía mixta en que se convertiría el Instituto de Seguros Sociales. De hecho, esa es una propuesta que se había planteado hace ya varios años en reunión de expertos convocada por  la Dirección Nacional de Planeación. ¿Cómo ven ustedes, en términos generales, esa primera oferta de que los trabajadores entren a ser parte de los propietarios del I.S.S.?

AP.- Bueno, lo primero que habría que señalar en una apreciación como ésta, es que del interés o de la iniciativa nuestra no está el ser propietarios del Instituto, que nosotros pensamos que el Seguro Social es una propiedad colectiva que le pertenece a toda la clase trabajadora colombiana que lo ha construido en 50 años. Y es bueno precisar esto porque, aparentemente, se puede creer que el Seguro Social es del Gobierno, o de los aportes vía impuestos. No, el Seguro Social está formado por aportes que han hecho los trabajadores del sector privado, fundamentalmente, y básicamente las áreas industriales, que es donde el Instituto ha tenido una mayor representación en la afiliación. Lo que a nosotros nos pone en una situación bien clara, y es que el problema no se resuelve transfiriendo la propiedad, sino que hay que ubicar cuál es realmente la problemática que atraviesa el Instituto de Seguros Sociales, y si esta problemática es interna e inherente a su condición de Instituto o si es un problema del Sistema General de Seguridad Social que tiene Colombia a raíz de la aplicación de la Ley 100.

 

SC.- Esa observación es muy válida, digamos que si el Gobierno decide hacer propietarios del I.S.S., no sólo a sus trabajadores sino a las Centrales Obreras y a todos los trabajadores que, en una u otra forma, han financiado el I.S.S. en su historia...  ¿Habría posibilidades desde esa perspectiva más amplia?

AP.- Yo pienso que las posibilidades están más que en la transferencia de la propiedad en adoptar una política...  En el análisis hay que tener en cuenta lo siguiente. Si el Instituto la pertenece a la clase trabajadora  colombiana, ¿Cuál podría ser un ideal sobre su administración, más que sobre quién es el dueño cuando ya está demostrado que es de los aportes de todos los colombianos. Nosotros hemos visto que el país ha sido absolutamente descuidado en eso y en general el país, todos los componentes del sector de la Seguridad Social y los gobiernos, porque hemos permitido que la clase política tradicional sea la que usufructúe el manejo de las Instituciones, concretamente el Seguro. Entonces si gana las elecciones Ciro Ramírez en Boyacá, Ciro Ramírez manda al gerente, nombra a los gerentes, a los jefes de personal, a los médicos. O sea, Ciro Ramírez pasa a ser el Jefe del Seguro Social. Si gana Name Teherán en Barranquilla, entonces Name Teherán hace lo mismo, etc., en todas las ciudades. 

Pero, lo que nosotros hemos planeado es que la administración del Instituto atienda también a su componente como lo señala la Organización Internacional del Trabajo, al tri-partismo: donde está el Gobierno, donde están los trabajadores y donde están los empleadores. Y les hemos planteado ese reto a los empleadores colombianos: ¿Estarán ustedes en condiciones de compartir la responsabilidad de administrar a la Institución más grande de la Seguridad Social que tiene el país: el Instituto de los Seguros Sociales? Y estamos esperando respuesta. El gobierno, por su parte, pareciera, cuando hace esta propuesta de que nosotros seamos, los trabajadores en general, los que manejen el Seguro Social, o los que sean sus dueños, está es como queriendo quitarse de encima un problema, situación que nosotros no encontramos válida, porque es que el Gobierno Nacional no puede desconocer responsabilidades que históricamente ha venido eludiendo frente al Instituto. 

Uno hace un balance de cuanta plata le debe el Gobierno Nacional al Seguro y encuentra que hay varios estudios. Hay un estudio que hemos realizado nosotros, que se denomina: “El Gobierno, Principal Deudor del I.S.S.”, que arroja una suma cercana a 55 billones de pesos. El mismo Instituto, en su interior, reconoce que el Gobierno le debe treinta y tres billones; pero la Comisión de Cuenta Legal del Congreso, en un estudio que hicieron, reconoció que le deben al Seguro Social 65 billones de pesos. Entonces es bueno que miremos que hay detrás de las propuestas, y en ese sentido consideramos que los trabajadores colombianos debemos tener una actitud madura, muy consecuente, muy precisa, muy analítica, y que evaluemos la cuestión en el largo plazo. ¿Cómo garantizamos que la Institución llegue a otros 50 o 100 años, pero superando los vicios que la han mantenido cómo hoy está?

 

SC.- Bueno, existiría el problema de que parte de los empleadores ya tienen intereses en otras empresas de la competencia. Mal podrían entrar entonces a dirigir el ISS. Especialmente la Andi o Fenalco en una u otra forma representan intereses de otras E.P.S. Por tanto habría que seleccionar de los patronos aquellos que no tengan ese tipo de intereses.

AP.- Absolutamente de acuerdo. La verdad es que el Seguro Social ha venido resistiéndose a morir porque nunca antes lo habían atacado tantos enemigos juntos al tiempo y tan malos ¿No?, tantos enemigos tan complicados. Por ejemplo, si usted tiene en el seno del Consejo Directivo a la competencia representada en los fondos privados de pensiones, si la tiene representada en las aseguradoras, en el sector asegurador colombiano y la tiene en las E.P.S. y en las clínicas y sectores hospitalarios privados y públicos, incluso el mismo Ministerio de Salud; pues es muy difícil que una institución como ésta salga adelante. Además, si cuenta con un representante del gobierno como el actual Presidente del Seguro, que todas sus políticas desde que llegó a la administración del mismo han sido orientadas a desmontar sus fortalezas, a hacerlo menos eficiente, a hacerlo más paquidérmico, a hacerlo más politiquero, a hacerlo más burocratizado, a hacer lo más costosa la operación de todos sus recursos y a hablar mal del mismo Instituto en cada momento en que tiene oportunidad de hacerlo, pues, es muy difícil que esto pueda salir adelante. De ahí que sea válida la apreciación de que quienes están en la dirección de una empresa como ésta no deben tener ninguna incompatibilidad ética. Por el contrario, deben estar absolutamente convencidos de que el Seguro Social es la opción que ellos tienen que defender. Y eso va para los integrantes del Consejo Directivo, va para los integrantes en representación de los empleadores y del Gobierno Nacional.

SC.- Pero ahora, dado que el Gobierno reconoce que tiene una deuda muy grande con los trabajadores -aparte de la deuda con el I.S.S. que usted menciona- ¿Cómo es que el Gobierno, si intenta salir de un enorme pasivo laboral, hace una oferta tan mala, en el sentido que pretende ofrecer a los trabajadores tan sólo la parte del ISS a la que le ha cargado todo el pasivo prestacional o la parte menos rentable. Es decir, de la carne y el hueso ofrece el hueso y sólo un pedazo: el 30% de las I.P.S.

AP.- Sí. Es bueno también hacer una precisión antes de evaluar en detalle la propuesta del Gobierno, y es que el Seguro Social puede tener veinte problemas, de un total de muchos puede tener veinte; y la carga prestacional o el pasivo laboral es solamente un veinteavo. No es representativo dentro de la gama de problemas a los que se ha visto abocado el Instituto de Seguros Sociales. De ahí que, si nosotros aceptamos de entrada, que una oferta de pronto atractiva para algunos que no estén enterados del tema, como esa, pueda ser aceptable por nosotros, estaríamos también aceptando que esa es la raíz del problema. 

La verdad es que los salarios del Seguro Social, comparados con salarios del sector, no han crecido de la misma manera como lo han hecho en el sector privado e incluso en algunas partes del sector oficial. Tanto así que el Seguro Social no ha aumentado sus salarios desde el primero de noviembre del 98. No tuvimos ningún aumento durante el año 99 ni ningún aumento durante el año 2000. Somos la única institución que lleva más de dos años sin aumento del salario. Y ése, como ustedes podrán observar en el debate, no es el tema de discusión. Nosotros hemos llegado a un punto de concientización con los trabajadores de que hemos dado la prioridad a la salvación de la empresa, al fortalecimiento de la misma, y después, posteriormente claro, miramos resolver los problemas de los salarios. Ahora hay un fallo de la Corte al que el Seguro Social tendrá que hacerle caso y es que los salarios no pueden perder el poder adquisitivo constante. Pero igual también hay una serie de elementos, la carga prestacional ha venido bajando porque hay más de 6 mil cargos vacantes. En los últimos dos años no se ha reemplazado ningún cargo de quienes han fallecido, se han retirado, se han pensionado por alguna razón. 

Todos estos son elementos que demuestran que no es la carga prestacional la que plantea el mayor costo en la institución. El problema está en que, lo que ha señalado la Ley 100, es que la competencia entre prestadores y aseguradores, fundamentalmente tiene que separar esa actividad que hoy está unida en el Seguro. Si miramos la Ley 100, ésta dijo que el Seguro Social puede ser asegurador y prestador, pero la administración de Arias viene empeñada en desmontar esa gran ventaja, de tener a muchos colombianos asegurados en el Instituto pero también tener el propio mecanismo para prestar esos servicios a través de sus propias clínicas y centros de atención especializada. Ésta que es una gran ventaja en otros países se quiere desmontar en el nuestro, con el argumento de que hay prestadores, y que deben ser independientes y sueltos, y en eso quieren convertir a las clínicas y hospitales del Seguro: en empresas sociales del Estado, con autonomía administrativa, con patrimonio propio, con su propia planta de personal, sus propios recursos y que sobrevivan a la confrontación que dé la suerte del mercado. 

¿Qué está probando eso hoy? Y hemos hecho algunos balances en el Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud. ¿Se ha ampliado la cobertura? ¿Se ha mejorado la calidad de los servicios? ¿Se han disminuido los costos? ¡No! Por el contrario, hay un estancamiento o incluso a veces una regresión a la tendencia de ampliar la cobertura. Los costos han aumentado terriblemente por intermediación de una manera absolutamente gravísima y se observa que la calidad en los servicios no es la mejor. Hay, incluso, la reaparición de algunas enfermedades que se creía que ya estaban resueltas. Y dentro de esto, el Seguro Social es un ente regulador de todo el Sistema de Seguridad Social en Salud. Y lo que se ha buscado, repito, es que el Instituto pierda esa importante ventaja. De ahí que nosotros no encontremos atractivo en ser dueños del Seguro cuando de hecho ya lo hemos sido. Lo que no hemos tenido los trabajadores es la decisión de manejar lo que nos corresponde.

 

SC.- Hay otros problemas que se derivan del hecho de que esta empresa, como lo señalaba, sea pública, y esté siendo manejada como un ente público. Lo que tiene que ver con la politización, lo que tiene que ver con los difíciles manejos que implican los regímenes de presupuestación, de contratación, etc., etc., incluso de personal, que, dentro de un mercado de competencia, no hay duda que ponen a una E.P.S. de carácter público en desventaja franca frente a E.P.S. de carácter privado. Respecto a ese hecho de la modificación de la naturaleza jurídica, no tanto de la propiedad... El hecho de cambiar la naturaleza pública para hacerla más eficiente, como por ejemplo  las Cajas de Compensación, que también tienen a los trabajadores en sus juntas directivas pero operan bajo un régimen presupuestal privado, un régimen contractual.

AP.- Sí, nosotros le encontramos ventajas al carácter de que el Instituto de Seguros Sociales sea un ente público, es en el sentido de mantener su objeto social, en el sentido de mantener, por encima de cualquiera otra de las actividades que deben hacerse con absoluta eficiencia y con criterios que no impliquen pérdida de recursos sino máxima rentabilidad incluso económica, prime sobre todo la rentabilidad social, que se pueda tener esa posibilidad de extender a más colombianos servicios, que no hay otra forma de hacerlo sino mediante el aseguramiento grande de todas las contingencias en una institución como ésta. El peligro que el Instituto de los Seguros Sociales pueda tener frente a la competencia, porque es un ente público, se deriva no porque sea público sino precisamente porque sus administradores son personas que no están formadas en la Seguridad Social, sino son personas que están formadas en la política o, para que hablemos claro, en la politiquería; entonces no obedecen al criterio de una institución de alta rentabilidad social y compromiso social. Incluso debería ser una expresión de la política social del Estado pero resulta que no, entonces son expresiones del desarrollo político. 

Que se propone en cambio, que a la Institución, que siga siendo pública, se vinculen las personas mediante un riguroso mecanismo de examen, de evaluación de sus hojas de vida, de sus requisitos, un concurso de méritos. Que sean los mejores colombianos los que pertenezcan a un ente público como éste y que esos mejores colombianos sean los que tengan la responsabilidad de hacer la mejor labor pública y ser realmente eficientes, y ser mucho más rápidos que el sector privado en muchas cosas como lo es el sector público en otros países, en donde no se mira a las instituciones propias del Estado como enemigos porque se piense favorecer al sector privado, sino por el contrario, el sector privado juega un papel complementario. Aquí lo que se ha querido dar es una preponderancia de que el sector privado es el que resuelva los problemas sociales y hemos visto que no, que nunca se resuelven de esa manera.

 

SC.- Una de los problemas graves para el Instituto en este momento, usted lo ha señalado, tiene que ver con la suspensión de la afiliación por parte de la Superintendencia de Salud. Acaban de salir los resultados de la Encuesta de Profamilia que demuestran la concentración de las personas mayores de 55 años  en el Seguro Social y por el contrario, la concentración de adultos jóvenes en las E.P.S. privadas. Ello sin duda implica una diferencia en el riesgo enorme y una situación financiera complicada derivada de que los riesgos se ubiquen en el sistema más en unas aseguradoras que en otras.

AP.- Sí, ese es un riego que el Instituto, precisamente por su fortaleza, ha venido manejando eficientemente. Antes de la Ley 100 el Seguro Social manejaba un volumen alto de las patologías de alto costo, de las enfermedades catastróficas, pero hoy observamos que el Seguro Social maneja el 92% de las enfermedades de alto costo del país, como si las otras E.P.S. que surgieron después de la Ley 100, no hubiesen tenido la posibilidad de recibir también a esos pacientes que demandan realmente recursos de una manera grande en las instituciones. Nosotros al respecto hemos propuesto que el Seguro Social complete el 100% y que sea el Estado el que le reconozca a través de los fondos de garantía, su cuenta especializada, lo que le corresponde por esa materia. Pero encontramos que no hay esa voluntad tampoco. Pero, ahí es donde uno entiende como el Seguro Social sí es bueno, cuando hay enfermedades graves. ¿Por qué las E.P.S. no reciben enfermos graves?, ¿Porqué solamente reciben a sectores jóvenes? Y ¿Por qué, fundamentalmente, reciben a aquellos que tengan un salario estable o buen salario? Al Seguro Social le ha tocado recibir a todos, a los que tengan buen salario, mal salario, a los jóvenes, a los viejos, a los enfermos... 

Pero la tendencia es segmentar el mercado, de tal manera que el Seguro se quede con los pobres, con los viejos y con los enfermos. Pero, repito, esa debía ser es una fortaleza para el Instituto. Poder demostrar que puede con los pobres, los viejos, los enfermos y además con  todos los demás. Porque el Instituto tiene esa capacidad. ¿Qué demuestra eso? Que hay un ánimo de lucro en la Seguridad Social, que hay un ánimo de lucro en el manejo de los recursos y que los colombianos debemos pensar muy bien si un derecho humano fundamental como la salud debe tratarse de esa manera, debe ser objeto de que se enriquezcan algunos. Hoy día ¿Cómo se valora a un buen profesional de la salud? Hombre, al que ve más pacientes en una hora, y al que ve más pacientes sin formularles grandes cantidades de medicamentos, sin conocer su estado de salud, sino fundamentalmente que no formule exámenes de laboratorio, que permitan evaluarlo. O sea, que le evite costos a la E.P.S. ¿Cierto? Pero le produzca ganancias. Entonces tenemos una transfiguración de lo que es el derecho de la salud. Y los jóvenes, que están en las E.P.S. no han evaluado eso. Cuando se enferman realmente, los mismos de las E.P.S. resultan enviándolos al Seguro. 

Y sí, ha afectado mucho la sanción de la Superintendencia Nacional de Salud. El Seguro Social cometió un error gravísimo en cabeza de su Presidente al aceptar que la sanción era buena. Él lo dijo inicialmente que la sanción era buena, que el Seguro tenía muchos afiliados, que tenía 12 millones. Hoy el sistema le está compensando al Seguro Social solamente por 4 millones cien mil, pero al Seguro atiende a 8 o 9 millones de colombianos en sus estadísticas, en sus volúmenes de atención se demuestra esto. Entonces uno no entiende por qué se acepta una sanción de una manera en que la institución sancionada lo es permanentemente, cuando ya las causas que originaron la sanción están superadas. No ha habido ninguna institución del país, en la historia de Colombia, que haya sido sancionada de una manera continua, permanente e irreversible, como lo ha planteado la sanción de la Dra. Inés Gómez de Vargas en contra del Instituto de Seguros Sociales, que no solamente le impide que ingresen nuevos afiliados al Instituto sino que también le impide el manejo adecuado de los recursos en salud, que le impide la inversión y el desarrollo de algunas clínicas que estaba en curso, que están paralizadas totalmente por esto. Y que, además, impide que las personas que quieren ingresar al Instituto lo puedan hacer, porque encuentran que es una Institución válida para resolver sus problemas pero que, con esta sanción, se ven obligados a irse a las E.P.S. Pero ¡ojo!, no reciben a todos. Ya queda claro que no reciben ni a pobres, ni a viejos, ni a enfermos. Y resultan llegando al Seguro por Urgencias.

 

SC.- Llama la atención a ese respecto el hecho de que se haya personalizado un poco el problema de la sanción y se reclama a la Superintendencia. Pero, en términos legales, las Superintendencia no tiene otra opción distinta que cumplir un decreto que dice que haga eso, y no es opcional para esta. ¿Por qué, en lugar de debatir con el organismo de control, no se presiona al Gobierno por cambiar el decreto sobre el margen de solvencia, que es el que tiene realmente la potestad de cambiarlo?

AP.- Sí, nosotros hemos acudido a varios análisis en relación con la sanción. Uno de esos es modificar el decreto, pero igual los detractores del Seguro están diciendo: “¡Ah, claro! Modifican el decreto para no sancionar al Seguro” Y entonces ya hay toda una trinca del otro lado que están diciendo: “No modifiquen el decreto”. Pero lo curioso es que con el mismo argumento del margen de solvencia solamente han sido sancionadas E.P.S. públicas y entiendo que una sola del sector privado, y eso por manejos muy complicados. Uno ve que hay instituciones del sector privado que tienen dificultades económicas, que tienen también dificultades en el manejo de sus recursos, en las deudas que manejan, y la verdad es que no encuentra uno que hayan sido objeto de sanción. Al Seguro se le sanciona fundamentalmente por qué: porque no tenía sus cuentas al día dentro de un periodo razonable de 90 días, cuando hoy en día todo el mundo compra a 6 meses, a 8 meses los servicios que necesite. Incluso le financian a uno a 24 meses lo que uno quiera. Entonces uno no entiende por qué hay ese ánimo de mantener irreflexiva la sanción. 

Se han hecho proyectos de decreto, en la búsqueda de modificar este decreto 782 que mantiene sancionado al Seguro, pero no ha habido la voluntad política de la Señora Superintendente de decir que eso sea viable, sino que por el contrario ella objeta, objetan los de ACEMI, objetan los de las E.P.S, objetan todos los que eso los iría a afectar, el que el Seguro vuelva a coger fuerza. Entonces uno dice aquí hay una cuestión, hay una trinca, del Gobierno, en representación del Ministerio de Salud y de la Superintendencia, y del sector privado por mantener al Seguro así.  Una trinca que se complementa, como cuando uno tiene al diablo adentro, y es cuando ya ha sido invadida la empresa por la misma órbita, como lo dijimos antes, de que los que están queriendo acabarla la están manejando. El caso más concreto es el del Presidente del Seguro, Jaime Arias, que él está contento con la sanción. Él no ha vuelto a señalar que ése sea un problema. Ahora él cree que lo mejor sea desmontar, liquidar y dividir al Seguro Social.

 

SC.- Por último, para cerrar, si se diera el caso de una salida con participación de los trabajadores realmente en la propiedad del I.S.S., entiendo que el ministro de trabajo decía que si los trabajadores asumían la responsabilidad podrían tener el respaldo económico de organizaciones de trabajadores de Europa...

AP.- Es posible, es posible que esa propuesta haya sido apoyada por algunas instituciones no gubernamentales o de pronto sindicales de otros países. ¿Qué queremos nosotros señalar sobre el particular? Que tiene que haber una decisión sobre qué tipo de Seguro requiere Colombia. Porque la idea es que no se trata de mantener al Seguro Social en medio de una situación que, seguramente, lo va a llevar más adelante seguramente a un colapso. La idea es que podamos nosotros fortalecer las ventajas que tiene el Seguro Social, que podamos, más que ubicar las personas, mantener una política sobre la Institución. Y, es lógico, que si en ese entendido se necesitasen recursos, podría recurrirse a organizaciones de la misma clase, como seríamos los trabajadores. 

Pero los análisis financieros que hemos hecho nosotros demuestran que el Seguro Social no está en crisis económica, que lo que hay es una profunda crisis administrativa, que hay una serie de despilfarros gigantescos en esta administración de estos dos años del gobierno del Presidente Pastrana, que hay es una pésima inversión de los recursos, que hay una burocratización excesiva. Donde antes se criticaba a administraciones anteriores, nosotros hemos hecho las comparaciones y encontramos por ejemplo asesores de 40, 50 y 100 millones de pesos, en una institución en la que se dice que no tiene para pagar las enfermedades de alto costo, que no tiene para pagar a los pacientes de quimioterapia, o que incluso se han muerto pacientes, por efecto de que está en trámites de tutela el derecho y el Seguro no tiene plata. Tenemos el caso de Antioquia, 19 pacientes que el mismo gerente relata que se le han muerto porque la E.P.S. de Bogotá no le envía los recursos oportunamente. Tenemos el caso del Valle del Cauca donde hay otros 34 o el de Bogotá donde superan los 60. Y eso es algo permanente que a ellos no los conmueve, a ellos los conmueve más el querer mostrar que el Seguro Social está en complicaciones por la carga laboral cuando la verdad reitero que no es ésa, que el Seguro Social está en complicaciones porque no se ha modernizado cuando la verdad es que el Instituto es de las instituciones más modernas en muchos aspectos. 

Y se tiene, repito, el afán de favorecer ante la opinión pública, de argumentar ante la opinión pública que el Seguro Social lo mejor sería liquidarlo. Nosotros estamos demostrando, con nuestros estudios, todo lo contrario. Próximamente vamos a dar a conocer a los medios de comunicación algunos elementos que incluso rayan con la corrupción al interior del Instituto. Queremos tener los soportes y las pruebas para que, cuando se haga la denuncia, pues se tenga de una vez el elemento que prueba que lo que decimos es cierto, y que realmente es lamentable que una administración que se expone públicamente como la más dedicada a cuidar los recursos haya sido la que más los haya descuidado.

 


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