Reportaje

 

Carlos Humberto Perez Vesga

Gerente del Hospital de Girardot 

 

Nuestro Personaje en la 52 Edición de Salud Colombia es Carlos Humberto Pérez Vesga. El Dr. Pérez es médico egresado de la Universidad de Caldas, especialista en Salud Ocupacional de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia; especialista en Gerencia de Servicios de Salud de la Universidad de Cundinamarca. Se ha desempeñado como director de varios hospitales de nivel 1, y de nivel 2, como el de Espinal, e incluso estuvo encargado de la Dirección del Federico Lleras, de nivel 3 un tiempo. Ha sido jefe de sección de la Secretaría de Salud del Tolima, asesor de alcaldes y de la propia Gobernación del Tolima en Salud. También docente universitario en temas de descentralización, legislación en salud y Sistema de Seguridad Social en Salud.

El Dr Pérez es uno de los más reconocidos gerentes de hospitales del país por su capacidad de mostrar resultados en las instituciones que dirige. Actualmente lidera un movimiento que pretende convocar a la ciudadanía y las autoridades alrededor del problema financiero de los hospitales. Por ello es nuestro invitado en Salud Colombia.


SC.- Dr. Perez ¿De qué se trata el movimiento que está liderando con los hospitales de Cundinamarca?

CP.- A ver, el movimiento que lideramos los gerentes de los hospitales de Cundinamarca y que pretende convocar también a las otras asociaciones de hospitales públicos del país tiene como objetivo lograr la movilización de la ciudadanía de todos los municipios del país para exigir al gobierno nacional una solución inmediata y también un análisis estructural del problema de la financiación de los hospitales públicos. Básicamente el planteamiento radica en que la crisis de iliquidez de los hospitales más la crisis derivada de los problemas presupuestales en otros hospitales va a amenazar la prestación de los servicios para los ciudadanos afiliados al contributivo, al subsidiado o vinculados; porque en muchos municipios del país el único oferente es el hospital público. Y, para los pacientes vinculados,  el único oferente en realidad es el hospital público.

 

SC.- Ustedes fijaron una serie de puntos en este movimiento a resolver. ¿Podría detallar estos puntos?

  CP.- Frente al diagnóstico, consideramos que el Sistema de Seguridad Social en Salud nos varió de una forma sustancial la financiación de los hospitales públicos al pasar del subsidio a la oferta al subsidio a la demanda. Esto sin que se modificaran para algunos hospitales los gastos. Se modificaron los ingresos mas no los gastos que en su gran proporción, en más de un 70 % en promedio, dependen de una planta de personal a la que debe cancelársele sus salarios independientemente del volumen de las ventas porque son empleados públicos de planta. Adicionalmente, el sistema estableció unas reglas de ventas en las que no está garantizado el pago oportuno por parte de los compradores. Y, en tercer lugar, los trámites administrativos que implica el proceso de facturación muchas veces han implicado errores propios del aprendizaje, de la transformación de este modelo ya en los procesos operativos concretos; pero también han permitido escudarse a muchos de los compradores, en dificultades formales, para no cancelar oportunamente.

Igualmente consideramos que, mientras no se realice un diagnóstico estructural de la situación, tanto del sistema como de la situación particular y concreta de cada hospital, es necesario que el Gobierno le garantice a la ciudadanía el derecho a ser atendida. Más aún en aquellos sitios donde es el único oferente. Desde luego, para los pacientes vinculados, la única opción que tienen son los hospitales públicos. Hemos pensado que hay como unas cuatro grandes razones de problemas en los hospitales. Una primera razón estaría en aquellos hospitales ubicados en municipios donde las dispersión de la población no les permite tener volúmenes de ventas que sean suficientes para sufragar sus gastos, pero que, sin embargo, la garantía de unos servicios mínimos, que debe ser responsabilidad del Estado, implica la permanencia de determinados funcionarios, en sus servicios de urgencia, valga decir, donde estas personas deben estar allí, así haya que subsidiarlas y no sean viables con el modelo neoliberal de la venta de servicios.

Otro grupo de hospitales pudiera estar integrado por aquellos que tienen unas plantas de personal históricamente creadas por los gobiernos, superiores a las realmente necesarias para atender la demanda real de  servicios de la población, y que, obviamente, no les va a permitir con la venta de servicios pagarle los sueldos a todas estas personas. Esos hospitales van a necesitar unos procesos de reestructuración, pero, mientras no se hagan todos estos pasos legales, de la ley de carrera administrativa, y contar con los dineros suficientes para poder indemnizar y pagar los pasivos laborales de estas personas, hay que continuar con ellas en la planta de personal, y hay que continuar cancelándoles mensualmente sus salarios. Por lo tanto, ahí tendrán que también inyectarles recursos el Estado mientras logra reorganizarlos.

Otro grupo de hospitales pudiera estar integrado por aquellos, como es el caso del hospital de Girardot, que tienen utilidades en los balances, que permiten pagar todos sus gastos, pero cuyo flujo de caja es muy deficiente, porque tenemos rotación de cartera de 7 meses. Entonces estos hospitales necesitan es una inyección de capital a las E.P.S. como el Seguro Social para que nos puedan pagar o, mientras se resuelve la discusión estructural del Seguro Social, que nos preste la plata o que nos compre la cartera, que en un 50 % está representado por deuda de E.P.S. y entidades territoriales, es decir, por deuda pública. Que nos compre la cartera el gobierno nacional o que nos preste la plata porque no sirve de nada tener liquidez  teóricamente en los balances, si en el banco no hay con qué pagarle a los proveedores desde hace 6 meses.

Y finalmente, pudiera haber un grupo de hospitales donde tengan problemas de mala gestión, que haya responsabilidades internas del hospital, que haya incluso problemas de corrupción, pero eso no puede ser un pecado que pague la población. Porque cuando a ese hospital, mal manejado, o un hospital donde se han hecho sobrefacturaciones en las compras, se le hace que llegue al cierre de sus servicios, los perjudicados no son los responsables de la mala gestión ni de la sobrecontratación sino los propios usuarios, los vecinos del municipio que en nada han intervenido en esas culpas. Incluso pensamos, con respecto a esos hospitales, que el Gobierno debe garantizar, no al hospital sino a la población, la prestación del servicio y tomar los correctivos que le corresponden como gobierno, y al Presidente, como máxima autoridad administrativa.

 

SC.-  - Bueno, se tienen entonces una suma de factores que podríamos llamar estructurales y otros que son inmediatos, como el problema de la cartera con las E.P.S. públicas, como el Seguro Social, que traerá consecuencias graves si no es  resuelto este fin de año. ¿ El movimiento apunta específicamente a qué soluciones inmediatas ?

  CP.- El movimiento tiene cuatro puntos. En primer lugar, o antes de esos cuatro puntos, la consideración filosófica es: El Estado es el responsable de garantizar unos derechos fundamentales como el derecho a la vida, como el derecho a la salud. Esa responsabilidad constitucional se le asigna a las autoridades. Ellos son los que tienen que garantizarle a la población esto. El gobierno nacional no es el propietario del país, no es el propietario del Estado, es sólo su administrador. Y lo hace por delegación de los ciudadanos, que somos los propietarios de este país. Por lo tanto, dado que se han agotado, sin éxito, los recursos, digamos, la formalidad administrativa de las audiencias con la señora Ministra, de las presiones frente al Congreso; pensamos que debe ser el propio  ciudadano, o la propia ciudadanía en masa, quien le haga sentir como propietario del Estado, al administrador que es el gobierno, su orden de que le inyecte esos recursos y corrija también esos factores estructurales.

Por lo tanto, pedimos en concreto, que haya una inyección inmediata de recursos, del orden de 350 mil millones de pesos. Que el Gobierno los ubique como créditos de tesorería en algunos casos, o como apropiaciones presupuestales en otros, según la dificultad que tenga cada uno de esos grupos que hablamos: si es problema de recaudo de cartera o si es problema de insuficiencia presupuestaria. Segundo, que el gobierno instruya a la Superintendencia Nacional de Salud, como delegada del señor Presidente de la República, que las entidades territoriales y las E.P.S. o A.R.S. que tienen deudas con los hospitales públicos no puedan ser beneficiarias de la Ley 550 porque esto conlleva a aumentar el período de recaudo efectivo de esas acreencias. Y finalmente, que para analizar los problemas estructurales se convoquen mesas de trabajo, a nivel de cada uno de los municipios, con participación de las autoridades territoriales, de los usuarios, de los gremios, de los diferentes actores sociales, de los sindicatos, de los profesionales de la salud y, desde luego, de los propios gerentes de los hospitales, que analicen el problema estructural macro del sistema, pero también el problema estructural concreto de ese hospital, para que propongan una serie de conclusiones que permitan garantizar la prestación del servicio y también lograr los niveles de eficiencia y los correctivos que haya que hacer para que no se vaya tampoco a alcahuetear, pues, la ineficiencia. Esas conclusiones a nivel local deben ser llevadas a unas mesas departamentales en nuestra propuesta, que recojan y hagan una tipificación de los problemas en cada uno de esos municipios del departamento, para finalmente hacer una gran mesa, con participación del gobierno nacional y todos estos actores, que permitan resolver el problema. Pero eso debe hacerse con los hospitales vivos. Si se sigue esperando a hacer el diagnóstico estructural vamos a tener un tratamiento para un moribundo, o de pronto para abrir otros hospitales, pero éstos van a fallecer en la espera.

 

SC.-  - Un punto importante tiene que ver con los recursos de oferta y los recursos de demanda y el grado de avance de la cobertura del aseguramiento en el país. Planteándolo en términos teóricos, en el caso del hospital de Girardot y de muchos otros hospitales, si hubiera una cobertura mayor de la Seguridad Social, con un POS completo, ¿ Podrían realmente los hospitales vivir por la venta de servicios?

CP.- En el caso concreto del hospital de Girardot: sí, pero lo haría en condiciones de menor eficiencia que si no hubiese ningún paciente afiliado al Régimen Subsidiado porque podríamos plantear este ejercicio: Si todos los dineros que se destinan para atención del régimen subsidiado en el área de influencia del hospital de Girardot fueran aportados como subsidio a la oferta, el hospital de Girardot podría atender a esos pacientes y darle a todos los medicamentos ambulatorios y los materiales medico quirúrgicos a los vinculados, que hoy no los tienen. Para un paciente, en la práctica, en el hospital de Girardot, que requiere un tratamiento hospitalario es preferible ser vinculado, porque recibe los mismos servicios, exactamente iguales servicios que el paciente afiliado al Régimen Subsidiado, sólo que con menos desgaste administrativo y menos desgaste de autorizaciones y problemas de papeleos y cosas. Sin embargo, otros hospitales, que tuvieran unas condiciones estructurales diferentes, una nómina muy amplia para la demanda real, o problemas de dispersión de la población que no le permita tener los volúmenes suficientes para pagarlas, sería diferente. 

Pero, en general,  la existencia del Régimen Subsidiado, y la posibilidad, no solamente de tanto trámite, en que la plata del Ministerio se la mande al departamento, para que el departamento se la mande al municipio, para que el municipio se la mande a la A.R.S. y la A.R.S. se la mande al hospital, finalmente, que es el que atiende al paciente. Sobre todo en aquellos municipios donde no tendría ningún valor el cuento de la pluralidad de oferentes, de la libertad de escogencia, porque el único oferente de verdad es el hospital público. No tiene ningún sentido. El valor agregado es negativo, es simplemente aumentar el costo de la intermediación. No hay ningún aseguramiento. Realmente, simplemente las A.R.S. lo que hacen es pagar si les han pagado a ellos, si el municipio no les paga, si el departamento no les ha mandado, si el FOSYGA no ha mandado. Realmente, es simplemente agregar un intermediario en el proceso que no aporta absolutamente nada. Sería más eficiente el modelo, a mi modo de ver, sin Régimen Subsidiado. Que todos los pacientes que no estén en el Contributivo fueran vinculados. Y los hospitales... Obviamente exigiéndole a los hospitales, pero creo que es que esa es la función que la Constitución le da a las autoridades, pues gobernar... Y si el hospital está mal manejado, pues cambien a los que lo están manejando, exíjanles los niveles, denles las herramientas para que pueda hacer; pero no tiene ningún sentido darle el 15%, si fuera sólo eso, el 15 % a las A.R.S. para no aportarles nada.

 

SC.-- Hay un punto que está tomando mucha fuerza en el problema de la liquidez de los hospitales. Algunas I.P.S. que manejan alto costo en el país están señalando que en la práctica se está consolidando en el Sistema de Seguridad Social en Salud una práctica comercial, por decirlo, que es ajena a la práctica comercial del país y del mundo entero, en el sentido de que las cuentas por pagar de una empresa a otra, en un sistema económico como el nuestro, siempre tienen implícito y garantizado el interés de mora correspondiente. Es decir, puede haber demoras en los pagos, pero esas demoras garantizan siempre en la práctica comercial universal el interés de mora correspondiente. El hecho de que se haya generado esta subcultura de moras en los pagos sin garantizar el pago correspondiente de intereses está definitivamente alejado de la práctica comercial o del sistema que se presume debe imponerse a los hospitales en su eficiencia y en su manejo comercial.

CP.- Sí, claro... Hay varias dificultades, digamos, desde la óptica de que se cumpliera la ley, ya hay debilidades. No tiene ningún sentido que la ley haya establecido la normatividad, la reglamentación haya establecido que las A.R.S. reciben bimestre anticipado el dinero. Darle un capital de trabajo a alguien que no invierte absolutamente nada: unas oficinas y unos papeles. Y en cambio, hacer que quien de verdad tendría que tener capital de trabajo reciba la plata, en el mejor de los casos, 60 o 90 días después de haber prestado los servicios, ya es un absurdo desde el punto de vista económico en el marco de la ley. Pero, adicionalmente, la situación real es peor, porque la ley ni siquiera se cumple. De hecho, el decreto 723 establecía que las E.P.S.  deberían cancelar intereses de mora, pero eso en la práctica no tiene dientes, porque si yo le digo al Seguro Social que no solamente me debe 5.200 millones sino que más los intereses corrientes, más los intereses de mora que establece la Superintendencia Bancaria, me debe 6.000 millones, simplemente el Seguro Social no me contrata. La relación de poder es muy, muy desigual entre el comprador y el hospital que presta los servicios. Así haya teóricamente, en la reglamentación, posibilidad de cobrar unos intereses. Pero el problema viene desde antes, viene desde la propia reglamentación, que así la cumplieran, las A.R.S. que cumplen, porque también hay unas que cumplen, voy a poner Colsubsidio, Compensar; esa gente recibe la plata bimestre anticipado, si les cumplen porque tampoco en el Ministerio cumplen, ni el departamento cumple, ni el municipio cumple. En todas partes se retrasa el flujo. Pero si se cumpliera, en el diseño de la ley ¿deberían recibir la plata bimestre anticipado para cubrir qué gastos? ¿por qué a la A.R.S. bimestre anticipado y a la I.P.S. bimestre vencido. 

En la práctica, en los flujos que hemos visto es que las cuentas de los pacientes atendidos el primero de octubre, nosotros las debemos presentar el 10 de noviembre, la A.R.S. tiene 20 días para revisarme la cuenta y tiene 20 días más para pagarme, ya lleva cuarenta, pero además no le faltará pues alguna glosita. Por lo tanto, se lleva otros 2 meses, y en la práctica van a pagar 4 meses después, los que cumplen,  4 meses después de que yo presté el servicio, cuando él recibió la plata 2 meses antes de que yo hubiera prestado el servicio. No es lógico, pareciera que fuera un negocio para las A.R.S.

 

SC.-- Vamos a ubicar los problemas finalmente en 2 líneas. Los problemas de liquidez generados en los múltiples pasos, especialmente del Régimen Subsidiado y también en algunas demoras de los pagos del Régimen Contributivo y, por otro lado, el problema del aseguramiento, es decir, como desarrollo del Sistema de Seguridad Social en el Régimen Subsidiado.  Planteó que sería partidario de que no hubiera aseguramiento, que no hubiera Régimen Subsidiado. Es decir, de que hubiera Régimen Contributivo y un sistema público de oferta de servicios para el resto de las personas que no estuvieran en él. La pregunta es, si se superaran los problemas de ineficiencia, de transferencias de los recursos, de oportunidad de los recursos, si se garantizara el funcionamiento del Régimen Subsidiado igual al Régimen Contributivo, es decir, que la única diferencia entre el Contributivo y el Subsidiado sea quién paga el aseguramiento,  ¿ Podrían funcionar los hospitales públicos?, es decir, ¿Podría el sistema de aseguramiento funcionar para los hospitales públicos?

CP.-¡Ah! ¿Un sistema único de aseguramiento?

SC.-  Sí, un sistema único de aseguramiento como el que planteó la Ley...

 CP.-¡Pero claro que sí!, ¡Claro que sí!... además lo vimos en España. Gracias a la gestión del Ministerio de Salud, me mandaron a ver el Sistema de Salud español. Y allá lo vimos, claro. Allá hay un asegurador y se paga por facturación pero con un asegurador único que es el propio Estado que no se queda con el 15 % de esto, ni afecta los flujos de caja. Sí, claro. Yo creo que sí podría ser. Se necesitarían estudios más completos pero mi apreciación así apriorística es que sí.

 

SC.-- Pero no me refiero a un asegurador único sino a un asegurador igual que en el Contributivo y a una UPC subsidiada igual que la del Contributivo.

CP.- Yo creo, mi hospital sí. De hecho mi hospital es viable incluso asumiendo la situación como está si cumplieran.... Nosotros tenemos 14 mil millones de pesos en cuentas por cobrar. ¡14 mil millones de pesos! Y tengo en cuentas por pagar 6 mil millones. O sea, yo estoy hecho. Si me pagaran, yo estaba hecho. Podría prestarle a los demás. Pero el asunto es que de qué le sirve al proveedor cuando me dice: Doctor, o me paga o no le mando el oxígeno. Yo le muestro, pues, que tengo muy buenos resultados financieros en el papel pero en el banco no hay con qué.

 

SC.- Entonces, ¿Qué va a pasar en el año 2001 con la caída de la Ley del Plan y sus efectos sobre la transformación de la oferta a la demanda? Usted sabe que para el presupuesto de 2001 quedó vigente nuevamente la Ley 344 y el 60 % del situado fiscal y de las rentas cedidas se deben transformar ¿Qué va a sucederr con ello?

  CP.- Que es necesario que el Gobierno presente al Congreso un proyecto de ley urgentemente para revivir el plan de desarrollo al menos en ese punto. Ahora bien,  viene de pronto algún aliciente, algún atenuante de esta gravedad, en términos de la sentencia de la Corte Constitucional del 6 de septiembre que revivió el paripassu.  No sé de dónde van a sacar la plata, pero si el gobierno sí pone el paripassu, posiblemente se atenúe. Seguramente se van a enriquecer todavía más las A.R.S., pero los hospitales pudieran tener menos dificultades. Yo pienso que hay que hacer un proyecto de ley, que si el Gobierno no lo hace por iniciativa propia, porque no esté de acuerdo, porque la crisis financiera no lo permite, por todas estas otras razones, debe ser a través de la movilización de los ciudadanos que exijamos la garantía del derecho fundamental a la atención en salud.

 

SC.-- Una última pregunta, ¿Usted cree que es adecuada la representación de las I.P.S. en el órgano de concertación establecido, el Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud?

CP.- Claro que no. Claro que no. Pero también es culpa de las propias I.P.S., es culpa nuestra. Nosotros estamos desorganizados, como hospitales escasamente hemos hecho estos esfuerzos de asociación a través de la Federación de Hospitales. Hay otros intentos que se hicieron, con Milton Mora del Hospital del Valle, se hizo la Corporación. Pero ha habido esfuerzos que no han logrado consolidar una representación más democrática, más representativa, que se legitime realmente ese puesto. Pensamos que si los oferentes públicos de servicios de salud somos la mayoría de las I.P.S., deberíamos tener, respetando que el gobierno quiere ampliar al sector privado, al menos un puesto por derecho propio para los hospitales públicos.

 

 


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