Acrílico del maestro Gustavo Parra

 

De nuestros

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Incluimos esta vez un artículo de nuestro director publicado en la cadena noticiosa COLPRENSA en relación con el candente tema que afecta la seguridad social en salud.

La otra cara del desempleo

Por: Félix León Martínez

Asistir a un seminario al más alto nivel, donde se discute la "grave" situación de desempleo que registran las estadísticas oficiales del país desde finales del año anterior, y que vienen en incremento por tres años consecutivos, puede dejar como consecuencia un sabor de confianza en el país o más bien de sorpresa y desilusión.

Sorpresa, sin duda, cuando se trae como invitado a un experto internacional, la mayor autoridad en la materia, al decir de los presentadores y según los elogios que lo antecedían, para contar al auditorio que, si aumenta la oferta de trabajadores disminuyen los salarios o que, si disminuyen los salarios o contribuciones que gravan el costo del trabajo aumenta el empleo.

Tales postulados son conocidos por cualquier persona que lea los periódicos y no requerían de experto internacional alguno para convencernos de su importancia. El problema consiste en pretender convertir la relación de interdependencia entre una y otra variable en una relación de causa efecto, sin tomar en cuenta otra gran cantidad de condiciones o variables que intervienen para determinar la problemática de una sociedad.

Para derribar tal pretensión de verdad absoluta, basta llevar al extremo el postulado de que la reducción de los costos laborales genera empleo. Podríamos concluir, con base en el mismo, que con salarios de cero habría pleno empleo, lo que sería por supuesto una estupidez, el fin del desarrollo económico o la vuelta a la esclavitud. Esto demuestra que tal proposición únicamente es válida dentro de ciertos límites de salarios y por tanto, igualmente, dentro de ciertos límites de tasa de ocupación.

Por supuesto que no es del destacado profesor invitado la culpa del abuso de un postulado, que apenas tuvo tiempo de explicar (no sin antes advertir que sus ejemplos no se referían a Colombia), sino de sus limitados alumnos, que son incapaces de diferenciar entre el ejercicio teórico y sus posibilidades de aplicación práctica.

Algo similar sucedería si establecemos que una construcción resulta más económica cuanto más proporción de arena se agregue al preparar el concreto. El postulado es conocido por todos los constructores y maestros de obra, pero ellos (a diferencia de ciertos genios de la economía en nuestro país), saben muy bien que funciona sólo hasta un cierto límite, aquel en que la calidad de la mezcla ya no sostiene la estructura, momento en que dicha verdad "general" se desbarata y la obra acaba costando más de lo que se ahorró.

Causa desilusión, por otra parte, que en dicho seminario organizado por FEDESARROLLO y el Banco de la República, todos los expertos nacionales se empeñaron en señalar el grave problema del desempleo en el país y se atrevieron a endilgar culpas, reclamar soluciones o proponer drásticas medidas, sin analizar previamente otras variables, tan definitivas como el denominador sobre el cual se calcula la propia tasa de desempleo.

Y es que, da la casualidad que Colombia muestra, aún en esta época de máximo desempleo, una de las tasas de ocupación más altas de América Latina. El 50% de las personas en edad de trabajar están ocupadas (antes el 52%), según el análisis regular del DANE para siete áreas metropolitanas. Igualmente el país presenta una de las más altas tasas de participación laboral de la región, que supera ya el 62% (antes el 60%).

Si además sabemos que las estadísticas oficiales consideran a todos los ciudadanos mayores de 12 años como población en edad de trabajar, nos parecerá enorme la cantidad de gente que está trabajando o buscando trabajo. ¿Si tenemos tan alta proporción de trabajadores sobre la población en edad de trabajar, se puede hablar efectivamente de desempleo, o deberíamos hablar de "sobreempleo"?

Comparemos nuestro 62% de participación laboral con el 45% de Argentina (antes 40%) y comencemos a preguntar por qué de cada cinco personas en edad de trabajar en Colombia buscan trabajo tres y en Argentina solo dos, o por qué la tasa de participación laboral de la mujer es la mas alta de Suramérica. ¿Será acaso que los malos salarios de los trabajadores obligan a buscar trabajo al resto de los miembros de la familia?

El problema del desempleo en nuestro país, entonces ¿Obedecerá fundamentalmente a la menor demanda de trabajadores por parte de las empresas o al exceso de colombianos que buscan vender su fuerza de trabajo? Sin duda al segundo motivo, por lo que desestimar el que casi dos de cada tres personas mayores de 12 años, en cada familia, trabajen o busquen trabajo, es totalmente inconcebible.

Por el camino de incrementar aún más la tasa de ocupación, los muchachos deberán dejar el estudio y hasta la abuelita deberá incorporarse al mercado laboral. No existe país capaz de generar empleo para el 62% de sus habitantes mayores de 12 años, al menos empleo digno. Por supuesto que, si seguimos reduciendo los salarios de la mayoría de los trabajadores (lease flexibilización) podremos alcanzar tasas de participación del 70 u 80% y quizás tasas de ocupación cercanas al 60%, llevando a toda la familia al rebusque para sobrevivir.

Por lo anterior, independientemente de que la tasa de ocupación haya descendido en función de la crisis económica, el problema mayor es el crecimiento fuera de proporciones de la gente que trabaja o busca trabajo para sobrevivir. La reducción del ingreso real de los trabajadores colombianos, aunque pueda generar más empleos, fuerza al mismo tiempo a muchas más personas a buscar trabajo, para complementar un salario cada vez más distante de la canasta familiar.

En síntesis, a la tortilla que nos presentaron en el seminario de altísimo nivel, quisieramos darle la vuelta, pues ya está quemada por un lado, el de la economía que aleja las cifras de las personas de carne y hueso, mientras sigue cruda por el otro, el lado de la equidad, el lado del desarrollo sostenible. ¿El problema real de nuestra deteriorada economía será el desempleo o la enorme inequidad en la distribución del ingreso?


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